Kapuscinski tenía una visión sobre el periodismo que me atrevo a llamar “rosa”, si ánimos de ofender. “rosa” pero en el sentido de lo humano, sensible y comprensivo que debe ser una persona a la hora de ejercer el periodismo como carrera. Que según Ryszard Kapuscinski no es cualquiera profesión, es un trabajo que se vuelve parte del cuerpo y la vida de quien decida tomar el riesgo de ejercerla al pié de la letra. Cito a Kapuscinski: …“Esto requiere verdaderamente toda nuestra alma, nuestra dedicación, nuestro tiempo”…
Esto me lleva a la reflexión de que hoy día son poco los periodistas que de verdad siente amor por esta profesión que se debería catalogar como un arte. Pues, muchos solo buscan la fama y el éxito. Pero lo que no saben es que el verdadero “éxito” y la verdadera “fama” se consiguen en este medio es con el tiempo y con el compromiso que le des. Desde un punto de vista muy personal pienso que un periodista debe tener un equilibrio en cuanto al lado humano que defiende a capa y espada Kapuscinski y la contraparte que se puede denominar como el lado “frío” o “duro”, pues considero que un periodista no puede andar por la vida echo un manojo de buenos sentimientos, hay que poner los pies sobre la tierra y afrontar la realidad con entereza y temple, pero si dejar atrás el lado humano y sensible que es muy importante. En pocas palabras hay que ser mente abierta, pero no tanto como para que el cerebro se nos salga por la nariz. Solo por poner un ejemplo.
Otro punto verdaderamente importante que toca Kapuscinski es que en este oficio es importante y necesario estudiar y aprender constantemente. No se discute. Un periodista que se jacta de su profesión, mínimo debe tener en su biblioteca un libro que hable sobre su carrera. El estudio continuo es importantísimo, pues el periodismo a diferencia de otras profesiones, vive en una constante metamorfosis turbulenta, una mutación como la que Franz Kafka relata en su obra llamada La Metamorfosis. Es imposible que un comunicador social se quede inerte ante los cambios del mundo, si lo hiciera, simplemente se muere de hambre. El periodismo de hoy día es diametralmente distinto al de hace unos diez o quince años. Es por ello que el estudio constante y el aprendizaje son elementales.
Kapuscinski hace hincapié en que las nuevas tecnologías son de gran ayuda para los periodistas pues en un mundo que está “condenado” en la actualidad a vivir en una eterna simbiosis o lo que otros llamarían “garrapatismo”… Pero, ¿por qué? Pues, como lo dice Kapuscinski antes era posible vivir sin la necesidad de saber que pasaba al oro lado del mundo. Hoy día es imposible. Por eso el auge de la nuevas tecnologías que nos mantienen al tanto. Es por eso que muchos temen que un día las ciencias aplicadas reemplacen al periodista y eso es imposible, pues primero las computadoras y todos sus derivados para poder operar tienen que tener a alguien que las maneje y segundo el trabajo “artesanal” se acabaría y esa es la semilla de todo periodismo.
Retomando, durante todo el texto resalta que hay que ser una persona con una calidad humana muy grande para poder ejercer como Dios manada el verdadero periodismo, ese que implica riesgos, entregas, sacrificios personales. Pero ahondando más Kapuscinski dice: “Es erróneo escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un poco de su vida”. Esto deja claro la franca naturaleza del historiador y periodista que hasta el final de sus días se preocupó por el bienestar de las personas sobre quien escribía. Esto queda claro en los años que pasó en África y como supo vivir y sentir en carne propia las carencias de ese pueblo, es por eso entonces hay que tomar su ejemplo. El simple ejemplo de que hay que darlo todo por el todo por la profesión, si hay que internarse en los bajos mundo de una sociedad como él lo hizo, hay que hacerlo sin duda alguna, no importa las barreras, hay que hacerlo. Es por eso al momento de escribir sobre x persona es importante calarse en su vida al menos por unos pocos segundos, pero que eso pocos segundos sean fructíferos y que esa persona se sienta cómoda y para que se sienta así, hay que tener un calor acogedor y para eso simplemente cito al maestro Ryszard Kapuscinski: “Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”
gracias este análisis me ayudo mucho
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